JESÚS NAZARENO DE OSUNA EN LA PINTURA DE JUAN RODRÍGUEZ JALDÓN

Con motivo del cincuentenario del fallecimiento del pintor ursaonés Juan Rodríguez Jaldón, el Museo de Osuna organizó, durante el mes de noviembre de 2018, una exposición con pinturas inéditas pertenecientes a colecciones privadas. Junto a diversos retratos y a sus reconocibles alegres campesinas de raigambre costumbrista, llamaba la atención una poderosa obra, de gran formato, de Nuestro Padre Jesús Nazareno. 

Se hallaba Osuna en 1940, como el resto de España, iniciando una década penosa por la miseria y la represión tras el fin de la guerra civil. El 22 de julio de 1936, las fuerzas militares sublevadas contra la II República lograron el control de Sevilla. Una columna mandada por el teniente coronel Castejón salió en dirección al este y, en una serie de incursiones, sus fuerzas lograron conquistar Alcalá de Guadaira, La Puebla de Cazalla, Morón de la Frontera, Écija, Osuna, Estepa y La Roda de Andalucía. Eugenia Borrego Rodríguez, telefonista de Aguadulce, avisó del paso de un tren con fuerzas republicanas, procedente de La Roda de Andalucía, lo que permitió a los sublevados preparar la defensa volando las vías férreas. La circunstancia de que Osuna fuera rápidamente controlada y consolidada por los militares sublevados contribuyó a su adecuación, antes del final de la contienda, al régimen dictatorial que se acabó imponiendo.

La celebración de la Semana Santa en nuestro pueblo dependió de la evolución de la guerra, lo que determinó la mayor o menor brillantez de la misma. En marzo de 1937, con el frente a menos de cien kilómetros y el temor a los ataques aéreos, las actas capitulares del Ayuntamiento dejaron constancia de que hubo algún acto litúrgico, pero se deduce que no salieron las procesiones. En la primavera de 1938, el Ayuntamiento acuerda "subvencionar el culto propio de la Semana Mayor en la antigua Colegiata". La Semana Santa de 1939, que coincide con el final de la guerra, sí hay constancia de que las hermandades realizaron su estación de penitencia: "los Señores que componen la Comisión Gestora (...) concurran a las funciones religiosas de ritual y se distribuya entre ellos la concurrencia a las Cofradías que deben acompañar" (1).

Afortunadamente, en Osuna no se hubo de lamentar la destrucción y pérdida de su patrimonio religioso, por lo que sus hermandades no se vieron obligadas a reponer sus esculturas ni sus enseres. Sin embargo, en estos "años del hambre" que fue la década de los cuarenta del siglo XX, la ruina económica dificultaría el hacer frente a los gastos de nuestras hermandades. A la vez, el entierro de los hermanos seguía siendo una función social importante, a lo que se destinarían una buena partida de las cuentas.

En este contexto, se encontraría la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cuándo en 1939 comienza a gestar la rifa de un cuadro. No era la primera vez que los hermanos de Jesús la realizaban, ya que era una manera de financiación que completaba a las cuotas, la mesa petitoria en los cultos internos o al pedidor durante la estación de penitencia. Desde la segunda mitad del siglo XIX existe diversa documentación sobre dichas rifas, por ejemplo, en 1878 se rifó un macho cabrío, donado por don Francisco J. Tamayo, para continuar con el pago a don Luis García por el trono estrenado dos años antes (2).

La hermandad de Jesús ya copaba toda la devoción de la villa, estaba dirigida por una serie de familias burguesas acomodadas con proyección en la vida política y social. Esto explicaría la conexión, como más adelante se verá, entre la hermandad y el pintor elegido para realizar el cuadro que se iba a rifar: don Juan Rodríguez Jaldón. Su prestigio era ya conocido pues acumulaba medallas por premios en la Nacional de 1915, 1922 y en la Exposición Internacional de Panamá de 1916, entre otros. El pintor ursaonés, considerado por Gonzalo Bilbao su alumno predilecto, llegó a Carmona como colaborador del arqueólogo francés Jorge Bonsor. Tras la cesión al Estado de la necrópolis de dicha ciudad, en 1931 Rodríguez Jaldón fue nombrado su conservador hasta que, en 1942, se traslada a Sevilla donde es nombrado catedrático numerario en la Escuela Superior de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría y presidente de la Sección de Bellas Artes del Ateneo.

En Carmona, Rodríguez Jaldón alcanza su plenitud artística ligado a la realidad andaluza, su tierra y sus gentes. El paisaje, la luz, el sol, los jornaleros, la mujer, las costumbres y fiestas populares coparon la atención del pintor y son asuntos que, generalmente, identifican su estilo y su producción (3). En ese momento vital, llegaría el encargo de pintar un gran retrato de Jesús Nazareno. Sin duda, su firma fue un gran aliciente para participar en ella, lo que aseguraría el éxito de la rifa. 

La pintura de Jesús Nazareno de Osuna es de las pocas obras religiosos del autor; probablemente, sea la única imagen titular de una hermandad de su pueblo que pintó. Esta peculiaridad, junto a que se trate de la máxima devoción de los ursaonenses, le proporciona una mayor singularidad. Participa de la referida realidad andaluza al reproducir el paisaje: un camino rocoso y arcilloso en el que crece algún cardo junto a la campiña, renuevo de trigo verde primaveral, para terminar, al fondo, en una suave sierra que refleja la campiña sevillana, los Alcores o la Sierra Sur. El celaje celeste se aclara, como en una gran nube casi blanca, en torno a la figura del Redentor. 

Jesús Nazareno aparece caminando, jadeante pero majestuoso, a tamaño natural y visto desde su lado derecho. La delicadeza de sus manos es sorprendente. Presenta una estética renovada, naturalista, acorde con la impuesta desde Sevilla por el Gran Poder o Jesús de Pasión años antes (4), dejando atrás el romanticismo decimonónico de su túnica de cola bordada por Patrocinio López. Jesús está vestido con túnica corta, de terciopelo morada cuya suavidad parece palparse, ceñida con un cordón dorado rematado en borlas decoradas con pequeñas perlas. Este cordón, habitual en la estación de penitencia de esos años, volvió a lucirlo el Viernes Santo de 2017. El cambio de la cruz por una arbórea habría sido reciente pues se remata por los casquetes de plata dorada de la anterior cruz de duelas, del mismo material que las potencias, piezas donadas por la marquesa de la Gomera en 1862 y 1860, respectivamente. En el ángulo inferior izquierdo se encuentra la firma del autor: N. P. Jesús Nazareno/ de Osuna-por/ J. R. Jaldón/ Julio de 1939. A tenor de la muestra pública de esta pintura, la priostía de la hermandad tuvo a bien presentar a Jesús Nazareno, en su besapié de enero de 2019, reproduciendo la imagen plasmada por Rodríguez Jaldón mediante el uso de los elementos descritos.

A comienzos de la década de los cuarenta, dirigía nuestro Ayuntamiento don José López Mazuelos (5). Éste, había sido hermano mayor de la hermandad de Jesús entre 1936 y 1939 y, como curiosidad, su mujer era la camarera de la Virgen de los Dolores, doña Rosario de la Puerta Tamayo (6). López Mazuelos había sido retratado por Rodríguez Jaldón, obra también expuesta en la muestra del pasado mes de noviembre, por lo que él y don Luis Delgado López (hermano mayor en marzo de 1939) serían quienes encargaron la pintura de Jesús Nazareno. No es descabellado pensar que, siendo su destino una rifa, Rodríguez Jaldón colaborara pintando gratuitamente. El párroco de la Victoria era don José María Muñoz Juárez, cuya feligresía comprendía una parte de la población de Osuna, que superaba entonces los veinticuatro mil habitantes, de clase media y baja. La Son los años del paso neogótico estrenado hacia los años veinte y que estuvo en uso hasta 1957 (hoy en la hermandad del Calvario de Estepa); de la supresión del Cirineo y de las calles abarrotadas de gente en la mañana del Viernes Santo por el fervor del nacional-catolicismo imperante, cuándo la penitencia tenía por costumbre sostener sus cruces por el patibulum.

Los de Jesús habrían conseguido vender las papeletas de una rifa que, probablemente, quedó en el entorno de la hermandad por las dificultades económicas ya mencionadas que afectaban a Osuna; a veces, se venderían con mucho compromiso. El sorteo se produjo en abril de 1940 y pasaban los días sin que nadie reclamara la espléndida pintura que, probablemente, había estado expuesta días antes en algún escaparate. Con cierta astucia, la hermandad barajaba realizar un segundo sorteo, lo que le proporcionaría más beneficios aún. Un día, quizá por el mes de mayo, cuándo las puertas de las casas podían estar abiertas y se oían las populares coplas de Estrellita Castro y Concha Piquer, una vecina de la calle Antequera, que los años han borrado su nombre, lanzó la certera pregunta:

Rosario, dicen en la Victoria que no aparece quién le ha tocado el cuadro de Jesús que han rifado, así que están pensando en rifarlo otra vez. ¿Tú no habías comprado dos papeletas? Míralas bien a ver si es alguna.

A lo mejor estaban olvidadas en la peinadora, en el aparador de la salita o dentro de una caja de lata de carne de membrillo. Gracias al aviso de esta vecina, doña Rosario Navarro Sánchez comprobó que era la agraciada del imponente retrato de Nuestro Padre Jesús, "pintado por el gran artista" don Juan Rodríguez Jaldón; aunque erróneamente en las papeletas, impresas en Estepa, pusieron el nombre de su hermano José, poeta ligado a la corriente ultraísta (7). El cuadro estuvo desde entonces en la calle Antequera, en una casa esquina con la calle Quintana, acaparando la devoción de esta familia de generación en generación: su hija, doña Amparo Galván Navarro, lo adornaba con los jazmines de su jardín y, hacia 1986, pasó a la calle Cristo donde permanece, cuidado como un tesoro, por su actual propietaria doña Amparo Galván Galván (8).

Antonio Morón Carmona


  1. ESPUNY RODRÍGUEZ, Víctor: "Semana Santa en la Historia", en Semana Santa Osuna 2005. Consejo Local de Hermandades y Cofradías, Osuna, 2005, pp. 24-27.
  2. MORÓN CARMONA, Antonio: "La renovación estética de la Hermandad de Jesús Nazareno de Osuna en el último tercio del siglo XIX", en Actas del XVI Simposio sobre Hermandades de Sevilla y su provincia, Sevilla, 2015, pp.175-192.
  3. Agradezco a Beatriz Cuevas Sarria su investigación sobre la trayectoria artística de Juan Rodríguez Jaldón.
  4. FERNÁNDEZ AGUILAR, Carlos: "La Hermandad de Jesús Nazareno de Osuna a través de su archivo contemporáneo (1866-1933)", en Actas del XVIII Simposio sobre Hermandades de Sevilla y su provincia, Sevilla, 2017, pp.70-73.
  5. RIVERA ÁVALOS, Juan José: Memorial ursaonense, Sevilla, 1975, p. 90.
  6. PÉREZ VARGAS, Francisco: "Juntas de gobierno y hermanos mayores de la hermandad a lo largo de su historia", en Boletín de la Hermandad Sacramental y V.O.T. de Siervos de Nuestra Madre y Señora de los Dolores, Osuna, 2014, p. 18.
  7. SORIA MEDIA, Enrique: Poetas de Osuna, Osuna, 1982, p. 101.
  8. Agradezco a Javier de Soto Galván los datos proporcionados sobre su familia en torno al retrato de Jesús Nazareno de Rodríguez Jaldón.